PIZARRON

 

 

Pizarra en un aula.

Una pizarra, pizarrón o encerado es una superficie de escritura reutilizable en la cual el texto o figuras se realizan con tiza u otro tipo de rotuladores borrables. Las pizarras se fabricaban originalmente de hojas lisas, finas de piedra gris negra u oscura de pizarra.

 

Una pizarra puede ser simplemente un pedazo de tablero pintado con pintura oscura mate (generalmente verde oscuro o negro). Es generalmente así verde oscuro puesto que es un color menos duro a los ojos que el negro. Una variación moderna consiste en una hoja del plástico en espiral desplegada a través de dos rodillos paralelos, que se pueden enrollar para crear un espacio adicional de escritura mientras que se guarda lo que se ha escrito.

 

 

Las pizarras se utilizan comúnmente en enseñanza. Las marcas de tiza se pueden limpiar rápidamente y borrar fácilmente con un paño húmedo, o un borrador especial de pizarra consistente en un bloque de madera cubierto por un cojín de fieltro. Por el contrario, las marcas de tiza mojada hechas en algunos tipos de pizarra puede ser difícil de quitar.

 

 

Borrador

 

Las barras de "tiza tratada" se hacen especialmente para el uso con las pizarras, en blanco las más comunes, pero también en diversos colores. Éstos no se hacen realmente de roca de tiza, sino de yeso.

Las pizarras tienen algunas desventajas: producen una cierta cantidad de polvo dependiendo de la calidad de la tiza utilizada. Algunas personas encuentran esto incómodo o pueden ser alérgicas a ella y se ha producido especulación sobre la posible relación entre el polvo de la tiza y los problemas respiratorios. Sin embargo, otros métodos para exhibir información son más costosos y tienen sus propias desventajas. Estas desventajas han conducido a la adopción extensa de la pizarra blanca, que utiliza rotuladores de tinta que no producen ningún polvo.

 

 

Dibujo escolar sobre una pizarra

 

En la actualidad se están instalando las Pizarras Digitales Interactivas, que permiten hacer anotaciones manuscritas sobre cualquier imagen proyectada de ordenador, así como guardar las imágenes compuestas y controlar el ordenador desde la propia Pizarra Interactiva. En este caso el sistema se compone, normalmente, por un ordenador, un vídeo-proyector y la propia Pizarra Interactiva. Sus posibilidades didácticas son enormes y se maneja con gran facilidad aunque no se tengan conocimientos de informática.

Los que hemos tenido la suerte de asistir a la escuela lo recordaremos siempre. Al frente, el primer día de clases, limpio y recién pintado, después grisáceo, lleno de signos, esperando una buena borrada, pero siempre dispuesto a retener las letras, números y dibujos de quien quiera escribir en él.

 

Existen varios tipos de pizarrón: portátil, movible, de pared y hasta enrollable. Actualmente los hay elegantes de material plástico que requieren para escribir plumones de colores, lo cual ayuda a los maestros para no tragar tanto polvillo del gis, pero que manchan los dedos e incluso emanan un tufillo químico; éstos tienen la ventaja de resaltar con sus vivos colores los puntos importantes de la lección el día. Últimamente la técnica está ofreciendo pizarrones electrónicos muy sofisticados que están conectados a las computadoras.

 

Podríamos suponer que en vacaciones los pizarrones “se aburren un poco”, pero en cuanto empiezan las clases resurgen siempre con la fecha diaria y los temas que el maestro transmite a través de su voz y, claro, por su conducto; sobre todo cuando escribe cosas que interesan a los alumnos y todas las miradas convergen en él.

En este grupo tenemos a la Pizarra, que se enclava dentro del grupo como tablero didáctico. La pizarra es uno de los medios más tradicionales que tiene una escuela, por lo cual a pesar de ser tan antigua como la enseñanza no la valoramos bien y generalmente no la utilizamos bien. No se concibe un aula sin una pizarra. La pizarra forma parte del aula, de tal manera que ha llegado a ser sinónimo de enseñanza.

En los primeros anos del siglo pasado existían el pizarrón del aula y la pizarra individual del alumno, que consistía en un trozo rectangular o cuadrado de pizarra con marco de madera. Se escribía con lápiz también de pizarra.

 

 

 

Desde aquella época hasta nuestros dias, la pizarra ha experimentado múltiples transformaciones tanto en los materiales que

se utilizan para su construcción, como en su forma, dimensiones y colores.

Una buena pizarra debe reunir las siguientes características:

1. Carecer de brillo o reflejos. Esto es un problema que se presenta comúnmente en las superficies lisas o en las mal cuidadas.

2. La superficie debe ser capaz de proporcionar una buena imagen, ofreciendo contraste entre el fondo y la línea dibujada.

3. Fácil de borrar o limpiar, sin que queden manchas ni borrones tanto si se usa tiza blanca como de colores.

4. Tener un color que armonice con el interior del aula. Hay pizarrones en verde, en amarillo pastel o en negro de resultado eficaz. Actualmente se fabrican unas pizarras de material sintético, fundamentalmente acrílico, que son de fondo blanco, pero tienen muy buenos resultados, pues para utilizarlas se hacen necesarios unos lápices especiales de colores denominados plumones.

5. Estar colocada de manera tal que quede al alcance de los alumnos.